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EL DIABLO SE LLEVA A LOS MUERTOS - Mario Bava ( The house of exorcism - 1973 )























El diablo se lleva a los muertos es un film italiano rodado en parte en España, concretamente en Toledo, donde hay excelentes ruinas y murallas medievales que aun se conservan para maravillar a sus visitantes. La película es una mezcla de film de exorcistas (incluso escupe mierda verde la tía) con una historia que mezcla la magia negra y la necrofilia. Una joven (una hermosa actriz joven alemana llamada Elke Sommer) es recogida misteriosamente y llevada a un mansión donde vive una familia de gente muy rica y lunática. La vieja hace magia negra y historias de esa. El apuesto hijo de ella es un perverso que tiene el cadáver de su novia momificado en una cama, y trinca a la chavala, la deja inconsciente con cloroformo y se la folla junto al cadáver. Tras esas y otras movidas en esa casa maldita (recordadas a modo de flashbacks) la joven queda poseida por una entidad diabólica. Ingresada en un hospital al final viene un cura para hacerle un exorcismo. La joven insulta, vomita, tiene una fuerza brutal, su rostro se desfigura e incluso se convierte en ua morena desnuda para tentar lujuriosamente al cura. Al final la solución para todo eso es que el cura se va a hacer un exorcismo a la casa de aquella familia de satánicos en un final algo confuso. El film sufrió muchos problemas por parte de los productores ya que obligaron a Mario Bava a rodar escenas de nuevo, eliminar otras, etc... Al final Mario Bava vio como le desmontaban el film tal y como tenía el pensado, para ser luego posterioremente remontado para intentar aprovechar el filón del Exorcista, pero con escaso éxito. Al final el plan de los productores no salió como esperaban. El film está bien, sobre todo en la parte del exorcismo y de la mujer poseida, que todo hay que decirlo, no son muy extensas. Los trozos del film en la casa maldita son bastante pesados, a pesar del carisma de Telly Savalas, que tampoco es protagonista directo del film.

El film es realmente irregular en muchas secciones: no sabe si profundizar en el tema del exorcismo, vagabundea con la magia negra y luego nos sorprende con la necrofilia. La película va dando bandas, y solo se salva del desastre por los encantos de Elke Sommer, de sus buenas escenas poseida y de la mano firme de Mario Bava, que intentaba aguantar el timón del barco que se iba a pique como buenamente podía. Un film que pasó sin pena ni gloria, y no es de extrañar. Al menos nos alegra la vista la alemana.

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