AQUARIUS - Michele Soavi ( Stage fright - 1987 )

Recuerdo la palabra Aquarius por diversos motivos. A mediados de los ochenta vi en una revista de cine ya desaparecida, a toda página, la portada de la pecera de Aquarius. La portada era muy atractiva al igual que el nombre del film. ¿De que diablos iba? Anterioremente a esos años, apareció(puedo decir que lo vi y lo toqué) un micro-ordenador que se conectaba a una televisión o un monitor llamado Aquarius, y que construyó por aquel lejano entonces la casa de juguetes Mattel. El ordenador era muy bonito y guay, pero no nos engañemos: era un juguete que poco podía hacer al lado de un legendario Commodore 64 o de un Espectrum ZX 48. ¡Qué tiempos aquellos! Asi mismo tenía un amigo vasco con el que compartía la pasión por Stanley Kubrick y toda su obra, y que pinchaba los fines de semana en la discoteca de un enorme hotel al borde del mar, llamado precisamente Aquarius. Hablo hace ya unos veinte años de eso. Iba a la discoteca esa llena de turistas, y no pagaba ni una copa. En esos años, como veis, Aquarius significó para mi esas tres cosas: película, hotel y micro-ordenador. Desgraciadamente el film no lo pude ver en el cine, pero si en vídeo poco después.

Antes de comentar el film debo de decir que en la actualidad el nivel de los críticos es lamentable. Con el internet y la libertad absoluta de expresión y de comunicación, en vez de progresar, a veces parece que retrocedemos como los cangrejos. La cantidad de subnormales y de capullos integrales que han salido es tan ilimitada como incuestionable. Ahora un burro que aprende a tocar cuatro teclas se cree de crítico, y son de esos que de niño miraban el papel higuiénico para ver si encontraban las instrucciones en algún lado, para saber como se utilizaba. Dejando de lado esa legión de necios, explicaré la calidad de Aquarius con un ejemplo muy gráfico. Con una carrera ciclista.

Imaginaros que el tipo va vestido fatal, en un carrera se cae, en otra le vemos comerse los mocos a lomos de la bicicleta, monstrándonos que es un guarro, en otra cerrera le vemos mear contra un árbol... Y al final gana la prueba ciclista con una sprint final que los deja a todos secos. ¿Qué podemos pensar de ese ciclista? Que indudablemente no es el más guapo y elegante, que no tiene modales y que a veces es torpe, pero a pesar de todos esos defectos nos demuestra que es un ganador y al final nos da un exhibición de fuerza y talento. Eso mismo sucede en este film. Los actores, la mitad de ellos, son malos. Los personajes algunos son absurdos y otros muy estereotipados. Algunos diálogos son penosos, sobre todo el el segmento inicial en donde conocemos los personajes y sus motivaciones. Hasta ahí todo de acuerdo, pero igual que el ciclista, este film es espectáculo y potencia, además de sus visibles defectos. El film muestra un sencilla premisa argumental en la que se está ensayando en un gran teatro un musical moderno, se escapa un loco homicida de un hospital, y entonces todo el mundo se queda encerrado en el teatro claustrofóbico (como un acuario o pecera) con un asesino despiadado y salvaje, que lleva puesto sobre sus hombros una cabeza de buho. Es en esos momentos cuando el film se eleva de la mediocridad y nos da una lección de tensión, suspense, escenas de acción y un desarrollo vibrante. Aquarius se embala y acaba en un desenlace fascinante y aterrador. El maniaco está sobre el teatro, donde ha compuesto una escena barroca de cadáveres mutilados, y donde debajo de los tablones la protagonista intenta coger una llave que hay bajo los pies del malvado. Aquarius es un excelente film, porque gana LA CARRERA sin ningún lugar a dudas, siendo uno de los mejores y más excelentes film de terror de ese año. Un giallo impresionante y muy sangriento, donde el significado de la palabra suspense cobra un significado muy real. Este film, también conocido como Deliria, fue escrito por el actor George Eastman, demostrando ser capaz de urdir una buena trama como un buen guionista. El personaje del buho para mí es escalofriante e inolvidable.

UNA GRAN PELÍCULA.

Es triste ver esos torpes aprendices de críticos mencionando solo los defectos del film pero olvidando deliveradamente la realidad mucho más patente del film: que es un film de terror bueno y superior a la media sin lugar a dudas. Para mí uno de los mejores giallos que he visto. Un último detalle sobre este film es que está dirigo por un actor habitual del cine de terror italiano, Michele Soavi, que tras hacer un corto y un documental sobre Dario Argento, debutó en el cine con este films, sorprendentemente bueno por su parte, y elaborado visualmente.